Si sumas todas las estrellas del cielo, todos los granitos de arena en los océanos, todas las rosas en el mundo y todas las sonrisas que haya habido en la historia del mundo, empezarás a tener una idea de cuánto te quiero.
Si pudiese ser una parte de tí, elegiría ser tus lágrimas.
Porque tus lagrimas son concebidas en tu corazón, nacen en tus ojos, viven en tus mejillas, y se mueren en tus labios.
Un hombre quiere ser el primer amor de su amada. Una mujer quiere que su amado sea su último amor.
Te quiero no por cómo eres, sino por cómo soy yo cuando estoy contigo.
Ella no decía nada. Le gustaba que él le dijera cosas, pero ella callaba. Sólo sus ojos y sus manos hablaban...Y eso bastaba.