Llegaste a mí como un regalo,
llenaste un vacío en mi existencia,
eso es lo que lograste;
con tu bendita presencia.
Tu carita angelical,
dibujaba una sonrisa,
y tus manitas me daban;
una tierna caricia.
Los años fueron pasando,
y tú rápido creciste,
de aquel pequeño botón;
en preciosa rosa te convertiste.
Eres tú mi niña,
hoy convertida en mujer,
luce toda tu hermosura;
cual debe de ser.
Los caminos que vas a andar,
tendrán muchos tropiezos,
pero recuerda que mamá;
lo solucionara con sus besos.
Sigue mi niña adelante,
forjando tu futuro,
que aquí te estaré esperando;
toda llena de orgullo.
Aunque me cause tristeza,
algún día partirás,
eso lo sé con certeza;
pero busca tu felicidad.
Soy muy feliz al cuidarte,
y enseñarte lo mejor,
siempre serás la única;
dentro de mi corazón.
Recuerda siempre estas palabras,
que algún día tú tendrás,
en tus manos una rosa;
que también florecerá.